Paola iba apurada en una de las horas pico, el reflejo de las ventanas del Metro de Caracas cuando ya el vagón va vacío vio algo que pareció sorprenderla. Se quedó de pie en el vagón a la altura de Los Dos Caminos.
Todos los asientos estaban ocupados mientras llevaba su morral en su pecho evitando que lo abrieran sigilosamente. Con sus audífonos iba escuchando a Luis Fonsi mientras se acordaba de las materias de la Universidad y los años que le faltaba para sacar la carrera.
Iba de pie, pero la sorprende ver por el reflejo de la ventana a una mujer baja sentada en las piernas de la otra. Se queda en silencio, sin querer voltear. Ve a una mujer de la tercera edad y a su lado otra joven sentada viendo fijamente el piso.
En el sonar de los rieles iba el vagón, mientras Paola no quería voltear a mirar. Mientras que por el vidrio ve que aun la mujer baja estaba en el lugar. Pero luego desapareció rápidamente de donde estaba.
Las ventanas del Metro de Caracas
Al voltear se queda buscando si había alguien más y no había nadie al lado de la mujer adulta. Se quedó mirando fijamente pero sin ver nada extraño en el lugar. No quiso interrumpir la tranquilidad de la persona.
La mujer adulta iba en silencio igual que la otra joven que seguía viendo el piso mientras el vagón iba avanzando raudamente por las próximas estaciones. Paola le pareció extraño lo que vio en el vagón.
Con el pasar de los meses narró lo sucedido a uno de los trabajadores del subterráneo y este le dijo que es una de las tantas leyendas fantasmales que hay en el transporte masivo. Donde se conocen a la novia de la estación del Colegio de Ingenieros.
Además otra leyenda de un hombre que han visto en la estación de Propatria el cual avisa de un accidente en el Metro. Este supuestamente era uno de los técnicos del subterráneo quien murió electrocutado cuando estaban haciendo uno de los túneles.
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