Un tribunal juzga a una mujer de 26 años por el delito de asesinar a su hija de 19 meses con agua caliente en Mansfield, un condado de Nottinghamshire, Inglaterra.
La acusada se llama Katie Crowder y según las investigaciones había consumido gran cantidad de cocaína horas antes del asesinato.
La imputada es acusada de asesinar a su hija de 19 meses con agua caliente en su casa de Mansfield; y de no auxiliar a la pequeña para llevarla a la casa de sus padres en la misma calle.
La fiscal Sally Howe dijo que «Puede estar segura de que Gracie Crowder fue asesinada por un acto deliberado e ilegal de su madre». También, le preguntó a la acusada qué había pasado y ésta le contestó: «No lo sé, la encontré así».
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Según el reporte médico, la pequeña tenía el 65% de su cuerpo con quemaduras profundas. Al parecer, la bebé estuvo al menos una hora sin recibir ayuda de su progenitora y murió poco después de ser llevada al hospital el pasado 6 de marzo.
Al ser interrogada por la policía, Crowder aseguró que dejó un rato sola a la niña porque había estado «limpiando un desastre del perro»; luego encontró a su hija Gracie boca abajo en el baño junto a un cubo de fregona.
Por su parte, Howes aseveró ante el jurado que se había encontrado gran cantidad de cocaína en la sangre de Crowder cuatro horas después del incidente. Por lo que quedó claro que la acusada se había drogado antes de la muerte de Gracie.
Durante el juicio salió a relucir que la madre había hecho comentarios sobre su hija, diciendo: «Necesito llevarla a la guardería, nunca tengo un descanso».
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