Para llevar una vida óptima es muy importante descansar durante la noche. Además de hacernos lucir saludables, dormir bien ayuda a consolidar la memoria, reorganizar la información y contribuye a la producción de ideas más creativas.
Algunos prefieren ir descansar desnudos, otros utilizan pijamas, sin almohada, boca abajo, en fin, la elección es personal, sin embargo, hay una prenda que puede mejorar la calidad del sueño: las medias o calcetines.
El uso de estas pequeñas prendas proporcionan múltiples beneficios para nuestro organismo, a continuación te los enumeramos:
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Ayudan conciliar el sueño más rápido
Los pies son la parte del cuerpo que pierde temperatura con mayor facilidad, por lo que suele ser la zona más fría cuando nos vamos a la cama.
Según la doctora Inés Picornell Darder, presidenta de la Sociedad Española de Neurofisiología Clínica (SENFC), el cuerpo necesita mantener una temperatura adecuada para que descanse completamente.
Las medias, al mantenernos calientes, ayudan a conciliar el sueño de forma más rápida porque las venas de los pies se dilatan y el calor se propaga por todo el cuerpo.
“Es entonces cuando el cerebro entiende que ha llegado el momento de descansar. Por el contrario, si nuestro organismo se mantiene frío, este tendrá que trabajar más para regular su temperatura. Lo que nos mantendrá alerta, poco relajados, y tardaremos en dormirnos”, detalla la investigadora.
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Mejora el sexo
La psicóloga especializada en Sexología Clínica y Salud Sexual, Cristina Callao, explica que esto ocurre debido que “cuando la temperatura de nuestros pies es lo suficientemente cálida y confortable, mantenemos la autorregulación de nuestro cuerpo y, de este modo, la sangre irriga de manera directa al clítoris y los genitales masculinos”.
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Reducen el sudor de los pies
Utilizando el tejido adecuado absorberán el sudor, la sensación de humedad y mantendrán los pies secos.
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Ayuda a evitar infecciones
Los calcetines pueden prevenir la aparición de hongos y otras bacterias al impedir que los pies estén en contacto con las sábanas, algo que no supondría un problema si se cambian con la frecuencia adecuada –una vez por semana-, de lo contrario, debes saber que aunque parezcan limpias, puedes estar durmiendo rodeado de ácaros y bacterias.
Miguel Ángel Gorospe, especialista en Dermatología Clínica y Anatomía Patológica Cutánea en la Clínica Imema, explica que “es fundamental cambiarse de par de manera habitual, especialmente, tras volver a casa por la noche. Aun así, antes de hacerlo, es recomendable lavarse los pies y secarlos muy bien entre los dedos para evitar la aparición de hongos”.
Con información de Culturizando