El caso de John Henry Ramírez terminó en Estados Unidos, el hombre había sido condenado en 2008 a pena de muerte. Ramírez en una noche de 2004 buscaba quien robar para obtener dinero y poder comprar drogas en Texas.
Ramírez andaba aquella noche en compañía de dos mujeres y la idea era obtener dinero como fuera. Encontró a Pablo Castro a quien le pidió dinero y el hombre solo tenía un dólar con 25 centavos. Debido a esto lo acuchilló en el lugar.
Ya las mujeres y Ramírez habían ejecutado dos robos cuando la policía los vio. Ramírez se escabulló y se marchó a México donde estuvo escondido por cuatro años. Luego lo deportaron y encarcelaron.
Desde allí empezó el largo juicio que terminó la semana pasada con la ejecución del hombre con la inyección letal. En sus últimas palabras habló a la familia de Castro, el hombre que había asesinado.
Como habló además a su esposa y a su hijo, y había pedido perdón para no ser ejecutado. Durante tres veces se había suspendido la ejecución debido a que varios se oponían a la pena de muerte.
El caso de John Henry Ramírez
El prisionero había solicitado que un pastor evangélico estuviese presente en la ejecución pero las autoridades lo negaron. Ramírez pedía que el pastor estuviera allí y lo tocara durante el acto de la inyección letal.
Durante años se habían opuesto a que fuera ejecutado, destacaban que tenía oportunidad de reintegrarse a la sociedad. La semana pasada el hombre pidió perdón por haber asesinado a Castro.
Esperaba que la Corte y las leyes le dieran una nueva oportunidad por lo que había hecho en el año 2004.
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