En algunos estudios realizados se demostró que el entrenamiento influye con la salud física y mental, las personas que hacen ejercicio son menos propensas a padecer depresión, ira y estrés que aquellas que no se ejercitan con frecuencia.
La actividad física ayuda a aumentar el flujo sanguíneo al cerebro. Afecta todas las funciones celulares, desde mejorar la concentración y regular el sueño hasta finalmente estimular el estado de ánimo.
Una baja autoestima nos hace sentirnos inferiores y desánimos a la hora de afrontar retos.
La función del entrenamiento ayuda con el autoestima haciendo que las personas luchen contra sus inseguridades física y mentales. La alta autoestima mejora el crecimiento mental y juega un papel destacado en los pensamientos, sentimientos y metas de una persona.
Tipos de entrenamientos
- Las caminatas ayudan debido a que los pasos hacen que el corazón comience a bombear sangre. Además, estar bajo la luz del sol puede mejorar los niveles de vitamina D, lo cual ayuda a prevenir la depresión.
- Ejercicios aeróbicos y entrenamiento con peso, ambos tipos de ejercicios aumentan la frecuencia cardíaca y liberan endorfinas en el cerebro, que nos hacen sentir bien.
- Ejercicios de bajo impacto, el yoga, el pilates o incluso ejercicios de estiramiento suaves pueden mejorar el flujo sanguíneo a los lugares que suelen acumular tensión.
El respeto por si mismo promociona seguridad interior y confianza en nosotros mismos, haciéndote sentir que eres dignos y merecedores de cosas buenas.
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