viernes, diciembre 13, 2024
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¿Cómo saber si tu inteligencia emocional es alta?

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IOTA Latino
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Saber si contamos con una generosa dosis de inteligencia emocional puede significar una gran diferencia en nuestra vida. Especialmente si vivimos tiempos caóticos e inciertos como los actuales. Según el psicólogo canadiense Jordan Peterson, el caos es el marco perfecto para el desarrollo personal. Frente al abismo, nuestra mejor opción es recomponernos.

A pesar del confinamiento y la distancia social impuestos por la pandemia, nuestra relación con los demás continúa. Ya es de conocimiento general cuan estresante pueden resultar estas condiciones y como nos hemos vistos afectados emocionalmente. Sobre todo por no contar con la certeza de que algún momento podamos retornar a lo que era “normal.”

Inteligencia emocional:un poder

Es por ello que la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones, es una valiosa herramienta. Armados de inteligencia emocional tenemos más posibilidades de disminuir el impacto negativo del gran cambio que estamos experimentando. Pero sucede que no todo el tiempo estamos conscientes de nuestras capacidades psicológicas. He aquí una descripción de cuatro signos que nos pueden ayudar a dilucidar nuestras competencias emocionales.

Observar las emociones

La inteligencia emocional se sostiene en gran parte en la destreza que nos permite ver nuestras reacciones emotivas. Establecer una especie de distancia con respecto al flujo de nuestros sentimientos es un gran poder. No es fácil lograrlo en medio de una acalorada discusión, pero los resultados pueden ser sorprendentes.

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Si observamos lo que nos pasa como un observador externo tenemos menos posibilidades de ser arrastrados por la vorágine sentimental. Sencillamente no lo tomamos como algo personal sino como algo que sucede.

Descubrir desafíos

Si contamos con la virtud de transformar los inconvenientes en desafíos significa que nuestra inteligencia emocional es muy elevada. Prácticamente no tenemos ningún problema. Los contratiempos son pulverizados por la visión de estructura que los arropa.

El desafío a diferencia del problema, es capaz de generar respuestas estratégicas, de establecer planes. El problema nos aturde y paraliza en su torbellino de ansiedad y preocupación. El desafío en cambio es una fina trompeta que llama a la acción y que fortalece el carácter.

Cambiar las emociones

Muchas personas que reaccionan de una forma que les resulta perjudicial suelen justificarlo con un “así soy yo”. Este tipo de respuesta descubre carencia de inteligencia emocional pues revela la incapacidad de cambio.

Cuando somos emocionalmente inteligentes podemos moldear las emociones y generar cambios positivos. El caso contrario, nos congela en una fosilización conductual que repite los mismos patrones tóxicos.

Ponerse en lugar del otro

Quizás, está sea la conducta más difícil de desarrollar. Quien la tiene puede considerarse un artista de la inteligencia emocional puesto que la sociedad entera conspira en su contra. Desde pequeños somos educados con el mensaje de que somos lo primero y lo más importante.

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Este valor del “primero yo” se convierte en un verdadero escollo para desarrollar una relación fructífera y humana con los demás. Incluso países enteros pueden derrumbarse si sus ciudadanos no son capaces de asumir el punto de vista de los otros.

Si luego de revisar estas claves, considera que no califica dentro de los parámetros de la inteligencia emocional no se desanime. Conviértalo en un desafío y emprenda un nuevo camino hacia usted mismo y su relación con los demás.

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