El estrés laboral se ha definido un tipo de estrés asociado al ámbito del trabajo que puede ser puntual o crónico, como una de las principales consecuencias de la exposición a riesgos psicosociales.
Se trata de la respuesta física y mental de nuestro organismo ante exigencias externas que afectan a nuestro trabajo, y que tiene lugar en el entorno o puesto donde desempeñamos las funciones.
El estrés laboral hace acto de presencia cuando las exigencias del trabajo son mayores que la capacidad para hacerles frente.
Las consecuencias pueden afectar tanto al bienestar físico y como psicológico del trabajador, llegando a desencadenar cuadros de ansiedad y depresión.
Principales causas de estrés laboral
Los desencadenantes del estrés laboral pueden ser distintas para cada persona, pero entre los factores del desgaste profesional más comunes podemos encontrar las siguientes:
- Cargas de trabajo y horario laboral excesivos.
- Entorno de trabajo tóxico y/o abusivo donde los conflictos son continuos.
- Falta de conciliación entre la vida laboral y personal.
- Ausencia de incentivos y motivaciones.
- La autoexigencia.
- Falta de ayuda.
- Mala organización de las tareas.
- Preocupación por el despido.
- Hiperconexión digital a los dispositivos tecnológico dentro y fuera del trabajo.
Estas situaciones pueden provocar que la persona se sienta agotada, exhausta o desbordada, como consecuencia de un proceso de desgaste, lo que describe como el ‘síndrome de burnout’ o desgaste profesional.
Consecuencias del estrés laboral
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los principales síntomas que puede presentar el trabajador afectado por el estrés laboral pueden dividirse en cuatro tipo de reacciones:
- Reacciones emocionales: irritabilidad, ansiedad, problemas de sueño, depresión o problemas con el entorno familiar.
- Reacciones cognitivas: dificultad para concentrarse, recordar, aprender cosas nuevas o tomar decisiones.
- Reacciones conductuales: absentismo laboral, abuso de sustancias como las drogas, el alcohol o el tabaco.
- Reacciones fisiológicas: dolores musculares, fatiga crónica, dolor de cabeza, bajada de peso, defensas bajas, úlceras en el aparato digestivo, cardiopatías o hipertensión.
¿Qué se puede hacer para prevenir o reducir el estrés laboral?
Organizaciones internacionales como la Unión Europea y la OMS insisten cada vez más en la importancia que tiene la prevención e intervención en el ámbito laboral.
Por su parte, las empresas comienzan a tomar conciencia de la necesidad de implementar programas tanto de prevención como de intervención.
Existen números procedimientos a nivel organizacional que se pueden llevar a la práctica, entre las que se incluyen medidas respecto al rediseño de tareas, la clarificación de los procesos de toma de decisiones, mejora de la supervisión, establecimiento de objetivos, delimitación de los roles profesionales, mejora de las vías de comunicación dentro de la organización, flexibilidad laboral o políticas de conciliación.
Este tipo de medidas tienen la finalidad de intervenir tempranamente y evitar que el estrés laboral interfiera en la salud, física y psicológica del trabajador.
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