Dos exconejitas Playboy sacaron a la luz muchos secretos que siguen escondiendo en la mansión del conejo. Mansión donde Hugh Hefner era un semidiós y dueño de todo el imperio de la revista y grabaciones para adultos.
Karissa y Kristina Shannon destacaron que no todo era belleza dentro de los espacios de la lujosa Mansión. Casa donde iba mucha gente de dinero y tenía membresía exclusiva y donde podías tener acceso a las chicas.
Estas dijeron que en un cumpleaños las obligaron a tener relaciones sexuales con el señor Hefner. Luego de eso tenían que estar en una sesión de sexo en grupo con personas desconocidas; a las cuales estuvieron sin protección.
Las bellas gemelas que en ese tiempo eran las más envidiadas comentaron que las manipulaban con alcohol y drogas. Muchas de ellas muchachas inexperimentadas en ese tiempo en torno a la sexualidad.
“Él actuaba como si fuera tu dueño. Si rompíamos sus reglas, seis guardias nos arrastrarían a nuestra habitación y no nos dejarían salir. Hefner lo llamaba ‘arresto de HMF’, por sus iniciales. Se aprovechó de las jóvenes vulnerables como nosotras», comentó Kristina al Sunday Mirror.
Dos exconejitas Playboy y lo que dijeron
Destacaron al dueño del emporio del conejo como un hombre de alma negra. Todas las experiencias que sufrieron las gemelas las dejó en tratamiento de estrés postraumático; además depresión.
Las jóvenes que en aquel, tiempo salieron varias veces en la revista y hasta en documentales en la famosa Mansión; indicaron que se alegraron cuando Hefner murió a la edad de 91 años. “Nos alegramos, así ninguna otra niña iba a sufrir”.
Luego de la muerte de Hefner quien fuera un adinerado hombre creador de la revista del conejo; han salido a la luz los abusos a las cuales sometían supuestamente a estas mujeres. Varios casos se conocen y ahora van a actuar contra la gente de la revista.
“Éramos Playmates, empleadas, y todo sucedió en la mansión, así que queremos ir tras ellos. Estamos hablando porque queremos que la gente sepa quién era realmente y qué estaba pasando a puerta cerrada”, afirmó Karissa “Fue espeluznante. Nos sentimos sucias, asqueadas, como si nuestros cuerpos no fueran nuestros”, afirmó.
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