La policía nacional de Colombia fue responsable de la muerte de 11 personas durante dos días de protestas contra la brutalidad policial el año pasado, según una investigación independiente solicitada por el alcalde de Bogotá y apoyada por las Naciones Unidas.
Los asesinatos constituyeron una «masacre», escribió el ex defensor del pueblo Carlos Negret en un mordaz informe de 177 páginas publicado el lunes. Se proporcionó una copia del documento a The Washington Post antes de su publicación.
Negret y un equipo de investigadores culparon de las muertes a un fallo institucional a la hora de instruir a los agentes para que no utilizaran armas de fuego contra las multitudes, y a una respuesta que priorizó la protección de las comisarías sobre las vidas de los agentes y los manifestantes. Describieron la violencia como «uno de los episodios más graves de violación de los derechos humanos en la historia de la ciudad de Bogotá».
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que solicitó la investigación sobre la respuesta policial a las protestas, dijo que merecía una parte de la culpa.
Investigación de la ONU en Bogotá
«¿Quién debe asumir la responsabilidad política? Yo, para empezar. Pero también la Policía y el presidente de la República», dijo López en una respuesta incluida en el informe. «Eso es lo que pedí desde el primer día. Desde ese día fue evidente que lo que ocurrió fue un abuso policial y un crimen de Estado.»
La investigación fue financiada y apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La violencia estalló el 9 de septiembre de 2020, cuando miles de personas salieron a las calles de Bogotá y destrozaron las comisarías para protestar por la muerte de Javier Ordóñez. El padre de dos hijos, de mediana edad, había sido detenido por romper el encierro covid-19 de Bogotá.
En un vídeo compartido en las redes sociales el 9 de septiembre se le veía inmovilizado en el suelo, suplicando que se le aliviara mientras dos policías le daban repetidas descargas con una pistola eléctrica. «Por favor», suplicaba. «No más». Más tarde murió de un golpe en la cabeza sufrido mientras estaba bajo custodia policial.
Se calcula que 12.000 personas salieron a la calle los días 9 y 10 de septiembre para protestar. Catorce murieron, 11 de ellas a manos de la policía. Otras setenta y cinco sufrieron heridas de bala, y cientos de civiles y policías resultaron heridos. Setenta y seis comisarías resultaron dañadas o destruidas.
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