Eran las dos de la mañana cuando Oscar viajaba en su Malibú 1977, cuando ve a una mujer caminando en el puente. Aquel curvilíneo cuerpo hizo que frenara de inmediato en aquella oscuridad en pleno puente.
“A donde va esa muñeca”… la mujer volteó y dejó ver un rostro aun joven, la misma solo llevaba el vestido y estaba descalza. ¿Y qué haces descalza y solitaria por esos lados?… vente yo te llevo. ¿Cómo te llamas belleza?… ¡Natalia! Le dijo la mujer.
Un olor penetrante a hojas y a humedad rodeaba a la misteriosa mujer, no dijo nada y se subió en el Malibú. Ya unos metros más adelante le dijo… “lléveme yo le digo a donde”. Oscar estaba hablando como loco, mientras veía a la mujer aquella noche de luna llena.
Pero ella iba sin hablar, solo juntaba sus manos mientras él iba hablaba. “Yo soy de poco hablar señor”. Oscar iba en la vía y la mujer le dijo que la dejara unos metros más delante de otro puente. ¿Pero te vas a quedar allí sola?…
La mujer se bajó del Malibú cerrando la puerta, y caminando hacia las orillas del puente. Todo aquello dejó a Oscar confundido en aquella noche de luna llena. ¿Pero dónde está?, ¿Qué se hizo?, dijo viendo el puente.
Una mujer caminando en el puente
A la semana estaba por bajarse en el lugar, a ver si veía alguna casa cerca y preguntarle por la mujer. Pero lo que vio lo dejó helado en aquella tarde que comenzaba a llover. En el puente estaba el nombre de la mujer en una pequeña placa.
Al ver el nombre y el apellido de la mujer se sorprendió… uno de los hombres del pueblo le habló de lo que había sucedido. “De esa mujer echan muchas historias, a ella siempre la han visto en el puente es una mujer solitaria”, le dijo el adulto mayor.
“Dicen que esa mujer venía de bañarse en el río pero allí en ese puente desapareció”.
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