viernes, mayo 10, 2024
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La olvidada casa del Doctor Heimlich

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IOTA Latino
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Una fría noche lluviosa en una ciudad de Brasil, cuatro jóvenes querían entrar a la olvidada casa del Doctor Heimlich, la cual había estado cerrada durante décadas en una de las zonas pudientes de Sao Paulo. La oscuridad reinaba en aquella vieja casa de tres plantas más un sótano.

De la misma se habían contado varias leyendas, Heimlich era un destacado doctor que había llegado desde Dresde, Alemania. En su casa hubo vestigios de lo que fue un mueso rodante el cual mostraba partes de sus experimentos en distintas partes del mundo. “El Museo rodante de Dresde Alemania”, con el cual lo había expuesto en distintos países.

Muchos pensaron que se trataban de maniquíes, pero eran personas disecadas y nadie lo había descubierto. Los cuatro muchachos entraron para ver si de verdad había personas dentro. En la casa además de los murciélagos, el viejo piso de madera tronaba con el pisar.

Heimlich era conocido por siempre usar guantes blancos, los cuales era como su símbolo para no dejar huella. Era un hombre de poco hablar con las personas de la urbanización donde residía.

Los tapices de ciudades de Alemania tapaban algunas paredes de madera, todo esto despertaba en los muchachos la curiosidad. ¿Y si nos llevamos los tapices?, advirtió uno de ellos mientras otro le decía que mejor era no llevarse nada.

Pero la curiosidad pudo más y el joven comenzó a despegar aquel viejo tapiz que mostraba un paisaje de Berlín descubriendo algo más escalofriante. El tapiz escondía un pasadizo el cual llevaba a un viejo laboratorio donde el hallazgo los dejó sorprendidos.

La olvidada casa del Doctor Heimlich

En aquel viejo laboratorio se escondía partes humanas, como algunos cadáveres que estaban escondidos en extraños envases. Los muchachos quisieron salir corriendo pero el pasadizo tenía otro misterio que Heimlich había hecho por seguridad.

La oscuridad en el lugar dejaba a los jóvenes sin muchas opciones para escapar de aquel lugar que estaba impregnado de olores fuertes. ¡Me cuesta respirar!, decía uno de los muchachos, afortunadamente salieron por una de las viejas maderas del piso.

“No nos queda otra salida, tenemos que avisar a las autoridades”, las autoridades hicieron revisiones a la extraña casa. Donde encontraron personas que estaban desaparecidas durante décadas.

Pero con el pasar del tiempo, la vieja casa de Heimlich fue demolida, y convertida en pedazos de maderas descoloridas. Pero aun en el lugar donde se construyó un centro comercial se escuchan gritos como lamentos…

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