Eran las dos de la madrugada cuando Toño en Valencia merodeaba el centro, estudiaba los locales para asaltarlos. La policía de aquel tiempo lo buscaba pero este huía sin dejar rastro. De hecho aquella noche en los años sesenta dijeron haberlo visto contrariado.
Una noche de aquella fría década de los sesenta en Valencia se montó en un taxi y pidió que lo llevaran hacia Nueva Valencia. Horas después una humilde casa estaba incendiándose mientras decía al taxista… “vámonos… usted no ha visto nada”.
Las personas destacaban que podía escabullirse de donde estuviera, de hecho era uno de los que se escapaba por lugares demasiado complicados. El caso de Toño iba a de cuerpo policial en cuerpo policial hasta que llegó ya a instancias superiores. Parecía que nadie podía frenarlo.
El hombre era temido y andaba en Valencia libremente pero según comentaban pocos podían verlo. Frecuentaba joyerías, además de plazas, y hasta sitios nocturnos donde llegaba siempre solo.
Pero todo aquel asunto de Toño parecía un cuento, una leyenda urbana. Una vez en el hoy municipio Carlos Arvelo destacan que estaban buscándolo en un bosque y parecía habérselo tragado la tierra.
Pero a su vez lo veían en el estado Guárico y unos decían que no era él, mientras otros afirmaban que sí. De hecho, decían que era el terror de los hacendados de las tierras llaneras y del ganado.
Las andanzas de Toño en Valencia
Las personas decían que tenía poderes sobrenaturales, aunque los policías de la época expresaban que era mentira. Pero el mismo decía que lo culpaban de algo que no cometía y que todo que sucedía no era su culpa…
De allí su fama de que aparecía en una parte y estaba en otra, luego de eso comenzaron los milagros de Toño. De hecho, las personas le guardan respeto hoy en día… le llevan café y tragos a su tumba…
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