En todos los tiempos es recordado Marcos Pérez Jiménez, el hombre militar que gobernó al país durante los años 1952 y 1958. Muy común es todavía en Caracas que loa abuelos hablen de las historias del General.
El gobierno era el orden ante todo, destacan que supo encaminar al país y modernizarlo. Quería llevar a Venezuela a ser una potencia científica, había presión de su parte para crear nuevos inventos.
Era muy cerrado su entorno y muy perfeccionista, “o quedaba bien, o quedaba bien” era una de las famosas frases del entonces mandatario. Para muchos era una persona tímida que no le gustaba hablar en público; eso sí las decisiones las tomaba el.
Una de las tantas anécdotas que comenta la gente actualmente era que el inspeccionaba las obras. Se había graduado de ingeniero civil y desde niño tuvo excelentes notas, todo tenía que quedar perfecto.
Una de esas anécdotas destaca que se podía presentar a la hora que fuera en cualquier construcción. En ese tiempo las obras se hacían cumpliendo tres turnos y las inspecciones las hacía el mismo General.
Marcos Pérez Jiménez
Era una persona terca pero era terquedad hacia lo bueno, su entorno era de personas de extrema confianza. Hasta ahora lo ligan a muchas leyendas una de ellas es que el mismo Hotel Humboldt; era un escondite en caso de tener un problema.
Las obras tenían que ser perfectas ya que decía que todo eso se hacía para la gente y el futuro de Venezuela. Para el año 1957 Venezuela se proyectaba como una de las mejores capitales del mundo.
Le gustaba bailar y hasta sonreír pero a la hora de inaugurar una obra tenía que estar todo en orden. La seguridad del mandatario era extrema para aquel tiempo; aunque era común verlo bautizando niños en sus días de presidente.
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