Durante el transcurso de esta semana los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados se reunirán para ajustar los recortes de producción, en un esfuerzo para recuperar los precios del crudo.
El éxito de la segunda cumbre ministerial del año de la llamada OPEP+, prevista el jueves, dependerá de la coordinación de Rusia y Arabia Saudita, segundo y tercer productor mundial, respectivamente, por detrás de Estados Unidos.
«Las prioridades se conocen bien: Rusia quiere volver a la producción normal lo antes posible; mientras que Arabia Saudita quiere beneficiarse un poco más de los precios altos», explica Bjarne Schieldrop, analista de Seb.
Esta discrepancia se mantuvo oculta por casi un año, debido a que los precios estaban muy bajos. La situación llevó al grupo a poner en marcha una política común de limitación de la producción que resultó eficaz.
Miembros de la OPEP se reunirán para ajustar precios
No obstante, la vuelta de los precios a un nivel comparable al del periodo anterior a la pandemia (alrededor a los 65 dólares el barril), puede reavivar las tensiones.
A principios de enero, en la primera cumbre de 2021, tras dos días de duras negociaciones, la alianza acordó ajustar gradualmente la producción hasta marzo. Para ello, utilizó su principal poder: crear, de resultar necesario, una “escasez artificial”, como la llama Stephen Innes, de Axi, capaz de sostener los precios.
En total, la alianza acordó limitar su ajuste de producción hasta 7,125 millones de barriles diarios en febrero y 7,05 millones en marzo.
Desacuerdos
Rusia y Kazajistán lograron mantener el aumento de producción mientras Arabia Saudita redujo su propia producción en un millón de barriles diarios más.
Los analistas lo interpretaron como una brecha entre Riad y Moscú por lo que ahora se preguntan qué decisión se tomará para abril.
El aumento de precios del petróleo puede provocar una relajación más rápida de los recortes, dicen los analistas de Capital Economics; al igual que la reanudación de la demanda de crudo en China y en el resto del mundo, a medida que surten efecto las campañas de vacunación y se reduce la incidencia del covid-19.
Otros desacuerdo abundan dentro de la alianza, empezando por el cumplimiento de las cuotas por parte de cada uno de los miembros, garantía de la seriedad y la credibilidad del acuerdo.
El esfuerzo de recortar la producción de petróleo resulta tan doloroso para las finanzas de los 20 países que lo aplican (Irán, Venezuela y Libia están exentos) que algunos, como Irak y Nigeria, ceden a la tentación de efectuar trampas y reciben amonestaciones de Arabia Saudita; así como promesas de compensación, a menudo aplazadas.
El frágil equilibrio entre la oferta y la demanda que supervisa el cartel y sus aliados se podría ver afectado además por el regreso de la producción de Irán; si finalmente se suavizan las sanciones estadounidenses al país, algo más probable desde la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca.
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