Claro que me alegra que nuestro venerable sea ahora beatificado por la iglesia Apostólica y Romana. Supongo que eso le da caché a nuestra creencia popular.
Sin embargo la alegría fue manchada por el comentario de Baltazar Porras cuando dijo:
«José Gregorio Hernández nos une más que Bolivar cuya figura ha sido desvirtuada»
Claro, a él no le gusta el Simón Bolívar «desvirtuado» con el decreto de guerra a muerte criticado por la iglesia, ni tampoco el Bolivar en acción que respondió al cardenalato cuando lo culpó del terremoto de Caracas diciendo pues según la iglesia era un castigo por oponerse a la corona y a la esclavitud que eran mandatos divinos.
Le gusta más el Bolivar «virtuoso» con trementina y naftalina que se respira en los museos, el Bolívar mudo que sólo conocíamos a través de frases descontextualizadas en los «lunes cívicos» del liceo.
No monseñor, no van a hacer lo mismo con José Gregorio Hernández. Beatificarlo es algo que necesitaban hacer ustedes, no nosotros, porque ya él era nuestro beato, nuestro siervo de Dios y nuestro Santo milagroso.
Beatificarlo no es privatizarlo. No pretendan que por beato lo vamos a sacar de los altares y portales de nuestras brujas, curanderas, yerbateras o ensalmadoras de niños regados por todo el país. Ni tampoco nos vengan a decir que la estampita «oficial» que hace los milagros y cura gente, va a ser la que impriman y vendan ustedes.
Yo me quedo con el José Gregorio Hernández Ucevista, el bacteriólogo que se vino de Roma porque hacía más en el consultorio que en el claustro. El que adoran en Quiballo con tabaco y caña, el de la corte médica y el de la estampita bajo la almohada en cualquier hospital.
Recuerde bien monseñor: José gregorio es el santo del pueblo, de los que nunca irán al Vaticano, pero es un pueblo tan noble, que se alegra al saber que uno de los nuestros, el de Sorte e Isnotú, el que adoramos en cualquier orilla de carretera, ahora es beato, porque así lo dijo el Papa…
@marcosmelendezm