Era julio de 1947 cuando un Airbus acuatizó en el Lago de Valencia, el espacio era un reservorio de agua limpia; además de una naturaleza virgen; que adornaban la parte sur del estado Carabobo.
El pesado hidroavión de seis motores abriría la brecha ya que los franceses venían a conquistar el país. Las aguas del espacio podrían servir para el progreso de la capital del estado Carabobo; la valencianidad adornaba el lugar.
La modernidad caía en las aguas del espacio donde la ciudad era vista como atractiva para todo. Bien sea para el turismo, como para construir y sobre todas las cosas para progresar; de hecho era algo impresionante.
Airbus acuatizó en el Lago de Valencia
Los habitantes se asombraron en aquel tiempo de ver en el espacio aéreo aquella nave. La misma iba a acuatizar en el majestuoso Lago de Valencia. Las personas veían aquello como un futuro asegurado para Carabobo y el país.
De esa forma el coloso de la Airbus de seis motores Wright, propulsores Latécoere 631; de 57×45 metros de envergadura y 71 toneladas de peso, siglas F-BDRA, se posó sobre nuestra cuenca lacustre.
Mientras los aplausos y las miradas al aparato no se hicieron esperar; como ver algo tan moderno en nuestro espacio acuático. El mismo para muchos era un sueño era ver una película en vivo y directo.
La nave formaba parte de una extensión de un vuelo organizado; con motivo del estreno del servicio entre París y Martinica de la línea Air France. Los franceses escogieron el espacio acuático valenciano para que la nave llegara.
No faltó en aquel espacio acuático los que gobernaban a Venezuela en aquella época; y donde Valencia era como una especie de tierra mágica donde el progreso podía llegar desde lo más lejos.
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