viernes, noviembre 22, 2024
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Aprender otro idioma puede causar desapego emocional

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IOTA Latino
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El aprender otro idioma puede generar cambios insospechados en nuestras reacciones emocionales. No se trata solamente de expresarnos en un idioma extranjero pues también podemos convertirnos en extranjeros respecto a nuestros sentimientos. Podemos manifestar un tipo de indiferencia emotiva conocida como desapego emocional.

Un ejemplo de su manifestación se puede comprobar al intentar expresar frases cariñosas. Hacerle mimos a un bebé o una persona querida se convierte en un árido ejercicio lingüístico. Y no se trata de carencia de vocabulario o fallas sintácticas. Sencillamente las palabras no suenan reales porque no sentimos lo que estamos diciendo.

Este desafecto puede tener implicaciones más serias que la mera torpeza para interactuar con niños. Este fenómeno que ocurre durante el proceso de aprender otro idioma igualmente puede tener implicaciones morales más serias.

Aprender otro idioma

Una investigación liderada por el neurolingüista español Albert Costa determinó cuan puede afectar este desapego en decisiones importantes. Los investigadores descubrieron que cuando la gente usa una lengua extranjera toma decisiones significativamente más utilitarias ante dilemas morales.

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Para ello se valió del dilema del tranvía, un experimento de reflexión muy conocido en el estudio de la ética. Se trata de un tranvía que avanza descontroladamente por una vía. Si no se hace nada, arrollará y matará a cinco personas. Si se interviene accionando una palanca para cambiar su curso, se salvan cinco vidas. Pero esto causará irremediablemente que muera otra persona que está en una vía alterna.

¿Qué tiene que ver esto con aprender otro idioma? Cuando le planteaban a los participantes el dilema del tren en su segunda lengua era mucho más probable que decidieran sacrificar a una persona para salvar a cinco que cuando se presentaba el dilema en el idioma del que eran nativos.

Los investigadores atribuyen este resultado a que, generalmente, una lengua extranjera provoca reacciones emocionales menos intensas que una lengua nativa.

El neurocientífico español Jon Andoni Duñabeitia, explica el fenómeno por la distancia que genera el aprendizaje. «Cuando aprendes una lengua extranjera como extranjera, es decir, en una academia, en una escuela o un centro de lenguas, tu aproximación a esa lengua es de una manera emocionalmente fría, distante».

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Ese contexto educativo o institucional contrasta con el que rodea a la adquisición de la lengua nativa. La primera experiencia con el lenguaje ocurre en entornos familiares cargados de emociones desde las edades más tempranas.

Eso explicaría por qué al dirigirnos a un bebé o a una mascota preferimos usar nuestra lengua materna. Después de todo aprender otro idioma requeriría aprender otro sentir.

 

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