El Bronx de Bogotá está a pasos de La Casa de Nariño, es para muchos el dolor de cabeza más grande que hay en la capital colombiana. La pesadilla no es de ahora empezó con el Barrio Santa Inés, luego pasó al Cartucho y luego este que lleva el nombre del barrio de Nueva York.
Antes del año 2000 la Alcaldía de Bogotá buscaba limpiar toda aquella marca de venta de drogas; prostitución, tortura y miles de atrocidades que se cometían en el lugar. Esa parte llamada El Cartucho quería ser borrada como fuera.
Pero el problema no era el lugar donde se construyó un hermoso parque, es que los indigentes se multiplicaron; al igual que la venta de drogas, prostitución y crímenes; y se mudó a otras cuadras cerca del Cartucho.
El lugar era una herencia de problemas que recibían las autoridades municipales y que pocos encontraban como enfrentarlo. El rosario de vicisitudes era inmenso ya que hasta turistas querían conocer el lugar por las drogas; “el que entraba no salía, era un infierno dentro de Bogotá”, dice “Toño”.
El mismo tenía jefes de cuadras, los cuales nunca se llegó a conocer, drogas de todo tipo; vigilantes conocidos como “Sayayines” y al lugar no podías entrar sin permiso. Era una especie de gobierno interno en la capital de ese país. “Un gobierno que no veías quien era el jefe”.
El Bronx de Bogotá ¿a quién se culpa?
Las pocas abuelas que hay hoy día en ese lugar comentan que iban a ampliar las vías y decidieron demoler la Iglesia de Santa Fé; esto para muchos es una especie de “maldición” que cayó en la ciudad. “A partir de ese momento se regaron los problemas por todo el lugar”.
Antes de eso, hubo el Bogotazo, marcada por el asesinato a Jorge Eliécer Gaitán en 1948. Desde allí hubo problemas en la ciudad, las familias adineradas se fueron y la vía quedó libre para criminales y narcotraficantes; allí empezó todo.
“Lo que te puedas imaginar ocurría allí a la vista de todos, torturas, drogas, prostitución y muchos crímenes. Las paredes grafiteadas y el olor a hierbas marcaba ese lugar, una pesadilla en la ciudad”; comentó “Toño” un taxista que se sabe todo el historial negro de Bogotá.
En la actualidad en el famoso barrio hay 450 policías tratando de imponer orden; mientras que comentan que el problema sigue pero en un barrio donde el arte trata de predominar.
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