El pintor transitaba por las calles de Barquisimeto en busca de comida, decían que había llegado de Yaritagua. El arte criminal lo dejó al descubierto en 2018 pintaba cuadros y era adicto a la pintura; pero llamaba la atención el color rojo en sus obras.
En aquel año iba pasando de autobús en autobús hasta que llegó a Río Chico en el estado Miranda, no interesó mucho su vida en aquel lugar. En ese tiempo las personas lo veían como un joven inofensivo, que no podría hacer daño. Uno de los tantos muchachos que se van a la playa a hacer cuadros; y a vivir de las artesanías. “Es un hippie de los nuevos tiempos”, decían en Miranda.
Pero ese color rojo en sus cuadros llamaba la atención y las personas veían extraño esa tinta. Pocos le preguntaban al pintor desde cuando hacía esas pinturas, mientras el dormía en uno de los contenedores de basura; salía poco del lugar donde se encontraba. Iba a la playa solo a mostrar sus cuadros; aunque a veces se le veía con un hombre.
Las sospechas se levantaron luego de encontrar un caballo muerto y las personas decían que el joven había consumido carne del animal. Aquello parecía mentira, de hecho pocos creyeron en lo que decían. Luego de eso encontraron artesanías hechas con la piel del animal; como con la sangre de este. Pero las autoridades se debatían entre la verdad y la fabula.
El arte criminal del yaracuyano
En aquel 2018 el caso comenzó a crecer como una bola de nieve en aquel cálido Río Chico. De hecho lo veían caminando sin rumbo pero sin decir nada. Las autoridades comenzaron a investigar mediante lo que decía la gente. Estaba en todo ese eje de Caño Copey, Barlovento y Los Canales.
Decían que el pintor hacia las obras con un color de tinta extraña. El hombre con que lo vieron apareció muerto y era el principal sospechoso del caso. Pero igual se mantuvo entre Barlovento y Río Chico, como un caminante sin rumbo.
Los cuadros lo dejaron al descubierto y la policía científica determinó que el sujeto era el principal sospechoso del caso. En efecto este dijo que había asesinado al hombre al que después señalaron de ser su pareja ocasional.
Los detectives recolectaron los cuadros y los llevaron a Caracas, al realizarles la prueba detectaron que era sangre humana. El mismo pintor se entregó y dijo la verdad había asesinado a su amigo y siempre utilizó sangre en sus obras.
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