El cielo de la capital es colorido y muy claro todo el día; pero las guacayamas en Caracas brindan un espectáculo natural y diario. Las aves (Ara araurana) como es su nombre científico; reciben alimentación de personas en la mayoría de los apartamentos.
Lejos de lo que la gente ha dicho en redes sociales; de que las mismas llegaron a la capital por tráfico ilegal las mismas llegaron por la quema y tala de bosques. Esto refleja además que las guacamayas en Caracas se sientan a gusto.
Por supuesto que hay personas que le brindan protección y comida; aunque hay otras que las tienen en la mira para venderlas ilegalmente. Pero además en el diario vivir las mismas se han convertido; en protagonistas de historias positivas.
Más de una persona tienen en su ventana un plato; una baldosa donde le ponen semillas. Otro dato ellas no se la llevan con todo el mundo. Son desconfiadas y muchas veces solo colocan el pico; para de esta manera obtener comida.
Guacamayas en Caracas, llegaron e invadieron a la ciudad
Debido a la tala y quema indiscriminada; en gran parte del país se fueron a la capital. Estas aves brindan un espectáculo natural; con su canto y muchos le respetan su tiempo y espacio. La mayoría las alimentan con semillas y hasta con maní.
Por supuesto no hay quién tenga críticas para estas aves pero; las guacamayas en la capital son diariamente quienes roban las miradas. Las que se llevan los aplausos y hasta para muchos; es un hábito el tener que alimentarlas.
“No tengo problema diariamente llegan a mi ventana entre dos y tres; tengo semillas y tengo muchas veces un poquito de harina de maíz. Ellas son un remedio contra el stress y lo hago en mi tiempo libre”, Marisol Celeste Sánchez, maestra jubilada.
Más y más diariamente
“Nadie les abrió una reja o las soltaron de un zoológico; ellas llegan a todas partes aquí en la capital. Por la quema en otras partes de Venezuela se vinieron aquí”, dijo Augusto Prado. Asegura que las guacamayas en Caracas le dan vistosidad a una ciudad triste.
“Ellas dan canto, vida y hasta esperanza; a esta ciudad que la gente vive pendiente de la política. Al menos las vemos y nadie nos cobra por eso”, dijo Raúl Aguilar. Relató que en la actualidad es una bendición.
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