Los bebés comen en relación a su tamaño, mucho más que los adultos. Por este motivo, en el proceso de crecimiento, tarde o temprano, empiezan a comer menos.
El motivo de este cambio alrededor del primer año de vida es la disminución de la velocidad de crecimiento.
Algunos niños dejan de comer a los nueve meses y otros esperan hasta el año y medio o los dos años.
Durante el primer año, los bebés engordan y crecen más rápidamente que en ninguna otra época de su vida extrauterina.
¿Qué hacer cuándo el niño no quiere comer?
Crea un ambiente agradable
La hora de la comida debe ser agradable y necesaria para el niño. Evita que la comida esté condicionada al castigo, si no concluye el plato.
Cambia su percepción de la cantidad de comida
Sirve a tu hijo la cantidad de comida que necesita en función de su edad en el plato más grande. De este modo, percibirá que hay poca cantidad de comida dentro de su plato.
Fomenta su autonomía
Puede motivarle poner la mesa, dejar que él mismo se sirva y que decida y tenga autonomía sobre sus gustos alimenticios.
Enséñale a comer en familia
Siempre que puedas permítele que coma en familia para que se apropie de los hábitos alimenticios de los adultos, asimilando la conducta y los modelos de la familia.
Fomenta la alimentación equilibrada
Permitirle escoger su menú puede influir en el éxito o en el fracaso de su alimentación.
El éxito significa que el niño debe probar una variada cantidad de alimentos saludables para ir acostumbrando su paladar a distintos sabores.
Evita complacencias y exquisiteces
La hora de la comida tiene un lugar, un tiempo y un fin claro y necesario.
Ofrécele sólo lo que necesita
No pretendas que el niño coma la misma cantidad de alimento que vosotros.
Deje que él decida y coma la cantidad de comida que necesita para satisfacer su hambre y desarrollar de forma sana sus gustos.
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