El dormir bien es algo que es sumamente importante, a cualquier edad. Alguna vez has escuchado aquellas palabras de que “necesitas ir a dormir para que toda la información se quede en tu cerebro”? Es posible que muchos de nosotros la hemos oído de nuestros padres en la época estudiantil.
El cerebro necesita un cierto tiempo para poder consolidar todo lo que ha aprendido, y este proceso se logra mientras se duerme; y se divide en varias fases, donde las neuronas se interconectan entre sí. Es por ello que el descanso es importante.
Durante el sueño, las informaciones más relevantes se van reciclando y consolidando. El cerebro selecciona qué cosa recuerda y qué olvida mientras dormimos, ya que los circuitos que conectan el hipocampo y la corteza se van recombinando. El sueño tiene varias fases, y cada una de ellas nos ayuda a consolidar un tipo de información distinta:
La Fase NREM: es el momento inicial de irnos a dormir, cuando aún tenemos un sueño más liviano y nos despertamos con facilidad. Pasada una media hora aproximadamente, el sueño es más profundo y es aquí cuando se consolidan algunas informaciones importantes, como son las habilidades sensoriales (un olor característico).
Fase REM: aquí ya estamos durmiendo profundamente. Es el momento en que nuestros ojos se mueven como locos y cuando tenemos ensoñaciones muy vívidas. Cuando estamos estudiando, esta fase aumenta su duración; ya que sirve para consolidar conocimientos abstractos y también episodios muy emocionales.
Dormir bien, hazlo por tu salud
Todas las fases del sueño interaccionan entre ella mientras estamos dormidos para que se consolide la información en nuestro cerebro. Incluso la alternancia entre la fase NREM y la REM influirá en la forma en que recordemos lo que hemos vivido.
El cerebro está encargado de retener la información más importante. Si se tiene un buen descanso; se recordarán los conceptos más destacados para el examen. De alguna manera, es como si subrayase los apuntes mentales más importantes.
Por lo tanto, no te preocupes por dormir mucho. Piensa que, en ese momento, nuestro cerebro no para; sigue trabajando de muchas formas diferentes, y puede llegar a favorecer la creatividad y la resolución de problemas. El problema es más bien al contrario, cuando no dormimos suficiente: tener como costumbre descansar menos de entre 5 y 8 horas se relaciona con el aumento de mortalidad.
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