Este domingo se cumplen 30 años de la insurrección militar del 27 de noviembre de 1992. Hecho que marcó, junto al 4 de febrero de ese año, un hito importante en la historia de Venezuela.
La insurrección se desarrolló en el Distrito Capital, y luego se extendió hacia los estados Miranda, Aragua y Carabobo.
El objetivo era lograr la renuncia del entonces presidente Carlos Andrés Pérez y acabar con la profunda crisis que atravesaba el país.
Los militares descontentos denunciaban que el gobierno de Pérez respondía a intereses foráneos.
El levantamiento no logró su objetivo, pero marcó un antes y un después en la historia política, económica y social de Venezuela.
4 de febrero
Los contraalmirantes Hernán Gruber Odremán, Luis Enrique Cabrera y Francisco Visconti, fueron algunos de los protagonistas de primera línea de los hechos, en los que además participaron militantes de organizaciones revolucionarias y altos oficiales de la Fuerza Armada.
Ese mismo año, el 4 de febrero, Hugo Chávez había encabezado un alzamiento militar por la recuperación de la dignidad nacional, hecho que lo convertiría en el líder del movimiento, que a la postre, conseguiría la transformación política de Venezuela.
Con la llamada “Operación Zamora”, en la que participaron miembros del Movimiento Bolivariano MBR-200, afianzados en el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, se llevó a cabo una rebelión en contra de un gobierno que, tan solo dos años antes, había castigado con una fuerte represión el descontento popular expresado durante los episodios del 27 de febrero de 1989.
Antecedentes
El período de 1958-1998 estuvo caracterizado por graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Así mismo, por una larga crisis económica acentuada por una profunda desigualdad en la distribución de la riqueza nacional.
El sistema político todo, acusaba la pérdida de legitimidad y confianza en las organizaciones partidistas que lo sustentaban.
Todo ello en medio de un trasfondo de conflictos sociales y decisiones tomadas desde una visión desvinculada del sentir popular.
La criminalización de la protesta social, la represión, la corrupción y la enorme desigualdad, acrecentaron la crisis multifactorial que atravesaba el país.
Contra este escenario fue que se levantaron los comandantes militares de aquel año de 1992.
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