En la ciudad española de La Coruña, en la comunidad autónoma de Galicia, un menor ha llevado ante los tribunales a su propia madre, debido a que ella le había propinado una bofetada por negarse a ayudar con los quehaceres de la casa, informa el diario ‘El Mundo’.
La agresión ocurrió el 24 de diciembre del 2015, cuando el menor tenía 11 años de edad. Ese día la madre pidió a su hijo en repetidas ocasiones que pusiera el desayuno, pero este no la obedeció y finalmente arrojó contra el piso su teléfono móvil de «alta gama». Esto provocó la ira de la mujer, que reaccionó dándole una bofetada.
Finalmente, esta semana un tribunal de La Coruña ha absuelto a la procesada, argumentando que su acción estaba «justificada» frente a la actitud de «síndrome del emperador» de su hijo, que «únicamente busca humillar y despreciar a su madre».
El menor también denunció a su progenitora por otro incidente ocurrido un año después. Tras una discusión, el niño anunció que se iba de la casa para siempre, por lo que la mujer «intentó evitar que el pequeño saliese, para lo cual le agarró por la parte superior del cuello, causándole un arañazo», reseña el fallo del tribunal.
«Sorprende la calculada frialdad del menor», «el desprecio hacia la autoridad materna» y «da pena comprobar su total falta de empatía«, destacó el juez, para quien, «por suerte, su familia es acomodada y puede permitirse tirar el dinero de un teléfono de alta gama, cuyo precio es igual a los ingresos mensuales con los que se ven obligados a vivir más del 50% de la población española».
Además, el juzgado ha advertido de que si «no hubiese una inmediata corrección», el menor podría trasladar su comportamiento a terceros y comenzar a comportarse de la misma manera con sus compañeros o vecinos. «Acudir a una corrección física moderada está justificado y así se hizo», sentenció el juez, aclarando que «en ningún momento defiende el castigo corporal sistemático o que ocasione cualquier tipo de lesión».
Según el diario ‘La Opinión A Coruña’, la Fiscalía había imputado a la mujer un delito de violencia doméstica y demandaba una condena de 70 días de trabajos para la comunidad, la prohibición de comunicarse con su hijo y de acercarse a él durante un año.
Con información de Actualidad RT